La hipocondría, una preocupación constante por la salud
Santander, 26 de febrero. La hipocondría, también conocida como trastorno de ansiedad por padecer una enfermedad, es una preocupación excesiva e irracional por tener una enfermedad grave. Por lo general, las personas que la sufren tienden a interpretar sensaciones corporales normales o síntomas menores como si fueran signos de afecciones severas. Esta preocupación genera una ansiedad persistente que puede afectar de manera significativa a su vida diaria.
De hecho, las personas que viven con hipocondría suelen realizar comprobaciones frecuentes de su estado físico y consultan a múltiples profesionales para encontrar diagnósticos que confirmen sus temores, aunque las evaluaciones médicas no revelen ninguna patología grave. Sin embargo, en algunos casos estas personas evitan acudir al médico por miedo a recibir un diagnóstico desfavorable, lo que también interfiere en su bienestar.
La ansiedad y la hipocondría están estrechamente relacionadas. Los síntomas cognitivos incluyen la certeza sin motivos de padecer una enfermedad grave, mientras que los físicos pueden ir desde dolores generales hasta cambios percibidos en la apariencia como alteraciones en el color de la piel. Además, los síntomas físicos refuerzan la preocupación, aunque no tengan una causa médica.
Para saber si tienes hipocondría, uno de los signos de alarma más importantes es la interferencia de estas preocupaciones en la vida cotidiana. Muchas personas evitan lugares concurridos por miedo a contraer enfermedades o abstenerse de actividades que pueden tener riesgos para su salud.
Lo más importante es que las personas que experimenten este tipo de síntomas acudan a un profesional para obtener el diagnóstico adecuado y comenzar un tratamiento que puedan mejorar la calidad de vida. Este tipo de tratamientos suelen incluir terapia cognitivo-conductual para ayudar a los pacientes a identificar y modificar patrones de pensamiento distorsionados que tengan relación con su salud. También promueve la exposición controlada a las sensaciones temidas y el manejo de la incertidumbre sin recurrir a conductas de seguridad como las comprobaciones constantes.