Dos investigadores predoctorales de la UC estudiarán el cáncer de mama con las ayudas de la AECC
Santander, 4 de octubre. La investigación en cáncer de mama es uno de los trabajos necesarios para conocer más sobre su tratamiento, seguimiento y mejorar la capacidad de diagnóstico. Por ello, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ofrece ayudas para llevar a cabo este tipo de trabajos relacionados con los diferentes tipos de cáncer.
A través de este programa de subvenciones, dos estudiantes predoctorales de la Universidad de Cantabria realizarán sus trabajos de investigación en cáncer en el Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (IBBTEC).
Los científicos Sara Valero y Enrique García se beneficiarán de estas ayudas que concede la AECC en Cantabria con el objetivo de impulsar los primeros pasos de la carrera científica de jóvenes y que investiguen cáncer en la región.
En concreto, Sara Valero estudiará “nuevas dianas terapéuticas en cáncer de mama triple negativo para saber la evolución clínica que tienen los pacientes de riesgo con enfermedad metastásica” y lo hará bajo la dirección de Berta Casar (CSIC), investigadora principal del grupo Transformación y Metástasis del IBBTEC.
Según ha destacado Valero, “queremos estudiar una proteína que se encuentra en la membrana de la célula tumoral y se expresa en altos niveles en otros tumores metastásicos. Nuestro objetivo es bloquear la activación de esta proteína, en modelos preclínicos, para inhibir la metástasis y determinar su papel como un posible marcador pronóstico en pacientes con cáncer de mama”.
Por su parte, Enrique García se incorporará en el próximo mes al IBBTEC para estudiar los “daños colaterales secundarios” que producen los tratamientos de radioterapia en las pacientes de cáncer de mama, como puede ser la fibrosis cardiaca.
Su codirectora de la tesis será la investigadora principal del grupo Tratamientos Moleculares contra la Fibrosis Cardiaca (FIBROHEART) del IBBTEC, Ana V. Villar Ramos. Para García, es una “oportunidad” porque este laboratorio “está muy especializado en la fibrosis cardiaca y vamos a poder emplear el modelo de organoides de corazón humano para simular al máximo posible el microentorno cardiaco que puede dañarse tras la radioterapia para poder modular la dosis terapéutica y ajustarla para evitar la fibrosis cardiaca”.
Además, como parte de la investigación también quiere estudiar “el uso o la administración de diferentes moléculas que puedan proteger al corazón antes de la administración de radioterapia favoreciendo la disminución de la aparición de la fibrosis cardíaca cuando tratas un cáncer de mama con radioterapia”.